lunes, 22 de septiembre de 2025

Cables

Hoy me ha fallado un cable. De esos de colores que tanto le gustan a mi hijo Mateu para hacer conexiones imposibles: entre el móvil y el ordenador, entre una batería externa y la plancha, de un altavoz a la pizarra, del radiador a la escoba… en una maraña que solo él entiende y solo él desentraña...

Hoy me ha fallado un cable de los que conectan neuronas y emociones. Y antiguos recuerdos, que ya no valen.


Hoy me ha fallado un cable. Y empiezo a ver algo borroso, sin acabar de observar nítida la foto. Mirando con esa presbicia implacable que no perdona los años y te obliga a alejar los prospectos. Malditos prospectos. 

Hoy me ha fallado otro cable. De esos que se van soltando de tanto forzar y estirar, en balde. Hasta que se rompen por dentro aunque el revestimiento aguante. Y ahora soy yo el que se ve difuminado. Se me caen los píxeles de la piel. Indefinido, indefenso, inacabado, imperfecto. Invisible, transparente. 

Hoy se me desconectó otro cable. Y esta vez es de los grandes. Menos mal que tengo un Mateu que me los apañe.

No hay comentarios:

Publicar un comentario