Y de repente un silencio. Un silencio ensordecedor que lo inundó todo. Y todo era silencio. Y todo eran recuerdos. Y todo era viejo, pero al mismo tiempo nuevo...
Y la vida se detuvo en ese silencio inmenso en el que las fotos cobraban vida para susurrarme al oído por miedo a romper ese silencio maldito
Que todo irá bien, decían sin moverse los labios, con su sonrisa congelada y sus ojos impostados. Que no tenga miedo, que sienta el dolor y las ganas de empezar de cero. Que fluya.
Puede ser. Aunque ahora no siento. Solo quiero que se callen esos labios de acero y que sus risas acaben con este silencio embustero. Silencio.
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