Confieso
que he pecado. A veces mucho. Demasiado. A veces sin ser consciente y a veces
con conocimiento pleno -y con pleno convencimiento-. Pero no me
avergüenzo. Si de algo me arrepiento, es de haber
pecado por defecto, más que por exceso...
El
miedo como amenaza. El miedo como freno. El miedo como impedimento. A
veces me siento ridículo. Como el elefante del circo, atado con una cuerda
liviana a una liviana estaca, incapaz de arrancarla del suelo a pesar de mis doce toneladas de peso. La costumbre. El miedo.
faroqueguia.blogspot.com
No quiero una vida de excesos -irresponsable y banal-.
Quiero una vida. Con mis errores y mis aciertos. Con mis virtudes y mis
defectos. Con mis trabajos y mis placeres –sean grandes o sean pequeños-. Y
quiero seguir creciendo. Aprendiendo a no juzgar. Aprendiendo a no juzgarme. A
saberme vulnerable. A saberme solo uno más que intenta no ser un borrego.
Aprendiendo de los grandes. Aprendiendo de Sampedro: “la misma idea de pecado
es falsa en su origen: si Dios existe, pensar que el hombre puede ofenderle es
rebajarle mucho a Él y sobrevalorar demasiado al hombre”. Cuanto daño la moral. Y cuánto daño el cielo y el infierno.
Me
fui liberando con los años. Con los errores, con las culpas absurdas y las
malas conciencias -más absurdas aún-. Me costó quitarme el corsé –te costó
quitarme el corsé-. Y creo que aún lo llevo -a veces medio cerrado, a veces
medio abierto-.
Si
algo lamento es no haber pecado más. No haberme atrevido. Haber sido cobarde.
Haber ‘escogido’ una vida confortable y no haber explorado algún que otro
camino. “La palabra pecado
viene de pecus, que significa pie
defectuoso, pie incapaz de recorrer un camino" dice Paulo Coelho en El Peregrino "La forma de corregir el pecado
es andando siempre hacia delante. Adaptándose a nuevas situaciones…”
Hacia
delante. Siempre hacia delante. Sin meta. Sin horizonte concreto. Con muchos
pasos inciertos. Para poder llegar al final y decir satisfecho: “confieso”. Como don Pablo:
“Confieso que he vivido”. Y no importan los años. Y no importan los caminos.
"Confieso que he vivido según me fue saliendo. Según me surgió, según me lo fue pidiendo el corazón, la luna y los aguaceros. Confieso que siempre intenté mantener en pie todo aquello en lo que sigo creyendo, que a veces lo conseguí y que en otros ratos esgrimí banderas que me distorsionaban por completo. Confieso que amé y que fui amado, que canté y fui cantado, que soñé y fui soñado. Confieso que pasé largas veladas a la deriva de mi mismo. Que encallé en los lodazales oscuros de la inexperiencia. Que planté banderas y árboles frutales en arenas movedizas. Que fallé, que caí, que mentí, que lloré, que sin quererlo o sin saber que lo quería hice daño, que me equivoqué con uñas afiladas unas veces y con la zarpa almohadonada, otras... Confieso que busqué, busqué, busqué... confieso que nunca perdí la fe, y aunque alguna vez deambulé desorientado nunca me rendí hasta encontrar la ruta hacia el dorado. Confieso que busqué, busqué, busqué... confieso que interpreté con tal fiereza mi lucha que al final acabé encontrando... Confieso que concurrí con la alegría... confieso que he vivido... confieso que por ello y por como me dejaron vivir estaré siempre en deuda con los dioses, con el mundo y con el ser humano... Confieso que he vivido... confieso que soy consciente del regalo"
"Confieso que he vivido"
Pablo Neruda
Como dice la canción del EUKZ " Juan sin miedo" .... mis pecados entre dos son mas pecados!! Te la recomiendo. Escuchala te va a gustar. Un abrazo.
ResponderEliminarMe la anoto en los deberes de verano. Otro abrazo.
EliminarEl mercado y los lectores esperan un libro ke nos hará más libres.Da el paso .Grande Gonzalo.
EliminarUn libro son palabras mayores. De momento intento apañarme con las palabras menores. Gracias ;)
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