estaciones

Ahora siento el vacío de nuevo. Ahora que de vez en cuando llueve -o al menos lo intenta-. Ahora que el agua ha vuelto. Ahora que el otoño avanza. Ahora que las hojas se acaban. Algunas, para renacer más tarde.

Estaciones. Estaciones de paso, estaciones de cambio -obligado, inevitable-. Minuto a minuto, traviesa a traviesa, hoja a hoja. Como un tránsito cerrado en un recorrido casi nunca escogido. Y suena de nuevo el vapor, y suena de nuevo el reloj que acelera otra vez los ritmos, mientras el paisaje aparece borroso en esta memoria incierta. 

ismaelalvarezdetoledo.wordpress.com

Estaciones. De despedida y llegada. De lágrimas y abrazos. De afectos incompletos y sueños interrumpidos. Estaciones también de regreso. Y cuanta espera. Y cuantos nervios.

Estaciones del tiempo. Cuatro tenemos nosotros: primavera, verano, otoño e invierno -cuando la luz se apaga y se apagan los sentimientos-. No siempre fue así. No siempre es así. En Costa Rica, por ejemplo, tienen solo dos: la húmeda y la seca. El resto del año es siempre igual. Mismas horas, mismo sol. Quizás por eso allí el tiempo pasa más lento. O no pasa. 

Estaciones de verdad, o estaciones imaginarias. Como aquellas cuatro 'Sonatas' que 'compuso' Valle Inclán, para su Marqués de Bradomín, aquel hombre tan feo, tan católico y tan sentimental, con más adjetivos que amores. Si Valle levantara hoy la cabeza pediría derechos de autor. Hace más de 100 años que inventó el esperpento para describir la crisis del 98 que ahogaba a España a finales del siglo XIX. Ese esperpento que hoy nos rodea -y nos avergüenza- a diario. 

Estaciones. De parada larga y recorrido corto. O al contrario. Quien sabe. En todo caso, sé lo que dicen los sabios. Lo que dice Galeano en su libro "Los hijos de los días" donde habla de estaciones y amigos. "El amigo de verdad es amigo en las cuatro estaciones, los otros, son amigos del verano, nomás". 

Estaciones de olvido. Estaciones de paso. Estaciones de descanso. Estaciones.

"Según decía Carlos Fonseca Amador, amigo es el que critica de frente y elogia por la espalda. Y según dice la experiencia, el amigo de verdad es amigo en las cuatro estaciones. Los otros son amigos del verano, nomás"

Eduardo Galeano

"Los Hijos de los días"