Miro
la aguja y no avanza. Permanece estática, inmóvil -desafiante- ante la mirada
estéril y desesperada de unos ojos sin palabras. Y no pasa, el tiempo. Y no
pasa, nada…
La vida es como el equilibrista de circo. Cuando eres joven no te da miedo, coges la vara y hacia adelante. A comerte el mundo. Luego, conforme adquieres compromisos la vara pesa más, necesitas que el cable sea más grueso y que haya una red debajo. Pero eso lo haces a costa de renunciar a ciertas libertades y a alguno de tus sueños. Entonces tienes que llegar a un pacto. Un pacto entre lo que eres, lo que siempre has soñado ser y lo que realmente puedes llegar a ser.
domingo, 27 de julio de 2014
viernes, 18 de julio de 2014
sin sentidos
Primero
me olvidé de la ‘o’. Fue leyendo, una tarde de verano. Trataba de sobreponerme
a una traducción insufrible de “El Gran Gatsby” de Scott Fitzgerald cuando de
pronto dejé de entender el significado de algunas palabras que aparecían cada
vez más borrosas ante unos 'ojos' cada vez más caducos...
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