Llega un día en que te das cuenta que no
estás solo. Y que no vas a estarlo -por mucho que algunos te empujen escaleras
abajo-. Y notas el calor de los abrazos. De los que vienen de cerca -casi
obligados e involuntarios-, y de los son más lejanos. Los que te llegan al alma
sobre todo en este tiempo en que nos obligan a transitar por los peldaños del fracaso…
No
ha sido este 2013 un buen año, para que negarlo. Lo
mejor es que ya acaba. Lo peor, que 2014 no augura mejores presagios. Intentaremos
cambiarlos. Sabiendo de nuestras virtudes y de nuestras limitaciones. Sabiendo
que la vida está llena de altibajos. De buenos y malos principios, de malos y buenos
finales. Y que el esfuerzo no termina nunca más que cuando te alcanza la muerte y llega el momento de decir 'confieso' y de despedirse con dignidad. Y mientras, no hay que dejarlo. No hay que perder la vida en el espejo. No hay que
dejarse arrastrar por la corriente, ni por los errores o por los pecados, sean propios o sean de extraños.
Mejor
tratar de aprovechar la fuerza de los abrazos sinceros.
De esos tan grandes que te inundan y te transforman. De esos que acaban
tejiendo una red invisible que protege tus pasos -tus caídas y tus fracasos-. De
esos que -a veces- crees que no mereces. De esos que te hacen decir, a pesar de
todo: "soy afortunado".
reflejosdeluz11.blogspot.com
13.133.
No sé si son muchos o son pocos. No sé si quiere
decir algo. No sé si a Google le importa, o se la trae floja a los que dominan
el SEO. Solo sé que son más de los que me imaginaba. A todos vosotros: Gracias.
En especial a los que -gritando a vuestra manera o resignados en silencio-
pasáis también por malos momentos. No estáis solos. Vamos todos en el mismo
barco. Ahí va mi abrazo.
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