jueves, 4 de abril de 2013

pedaleo, luego existo

Soy un adicto, lo confieso. Me entra el mono si no pedaleo. Sin un pedal me falta el aire. Ese aire en la cara que me hace sentir vivo y me emociona. Me gusta despeinarme, y dejar que el viento juegue conmigo. Y sudar. Y que las piernas, el corazón y los pulmones me lleven. Sentir que lo que consigo me lo gano con mi esfuerzo...

La bici es una de mis pasiones. Me reconcilia con la vida y con un ritmo más tranquilo. De camino hacia la radio disfruto del paisaje urbano y de esa huerta cada vez más escasa de la Ronda Nord de Valencia que dentro del coche apenas existe.


Desde el sillín se siente y se huele. A veces, se llega a escuchar su latido. Luego están las montañas, con los árboles, las fuentes y los pueblos perdidos. Y las nubes, escondidas tras las curvas que marcan el final de los puertos.



Me gustan las rutas largas. Las de parada y almuerzo. A mi ritmo. Solo. Luchando contra la fatiga y el viento. Contra el asfalto y contra mis miedos. Sabiendo que todo llega si, pausado, aguanto, respiro y pedaleo. Aunque llegue más tarde. Aunque vaya más lento.

Me gusta ir despacio. Sin las prisas de los que desprecian a los globeros y se creen profesionales. Esos a los que, además, no me creo -mucho antes de que llegara la Operación Puerto-. No me creo a ninguno de los grandes. Ni a Contador, ni a Arsmtrong, ni a Mercks, ni a Perico. Ni siquiera a Miguelón, a pesar de su cara de bueno.

Me creo a los héroes anónimos. A los que se juegan la vida pedaleando por las carreteras y por las calles, entre coches, badenes y andamios. Como el juez Castro, que va habitualmente en bicicleta al juzgado. Ese juzgado de Palma de Mallorca donde investiga el caso Noos y donde tiene imputado a Iñaki Urdangarín y ahora también a la Infanta Cristina de Borbón. Eso sí es una hazaña heroica. Pedalear sin descanso, etapa a etapa, sumario a sumario. Resistir los ataques por la espalda, sin equipo y sin gregarios. Demarrar en el momento adecuado a pesar de ir justo de fuerzas y tener una jauría esperando tu fallo. Hacer prevalecer el esfuerzo y hacer sudar a aquellos acostumbrados a tanta alfombra y a tanto privilegio. Eso sí es de ser valiente. Con dos pedales. Y sin frenos. 

5 comentarios:

  1. Muy buena afición hijo mío, pero siempre que llegues a casa acuérdate de llamar para saber que estas bien... ;-)

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    1. Gracias pater!!! Me gusta compatir afición del Juez Castro

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  2. Yo soy de ir despacio..., pero para disfrutar del paisaje no porque no pueda correr más. Ejem.
    Por cierto, se comenta que vuelve la bala de Burjassot.... en breve

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    1. El otro día vi un libro que se llamaba "Elogio de la lentitud". Ya nos los leeremos, que la lentitud tiene muchas virtudes. (Y ya me presentarás a la bala de Burjassot, que no la conozco...)

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    2. Eso último me ha dolido...

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