El otro día mostraban en un documental de TV las imágenes de dos cerebros, extraídas de sendas Resonancias Magnéticas Funcionales (RMF). Uno, el de una persona que estaba viendo la televisión. El otro, el de una persona que leía. El cerebro que veía la tele tenía una actividad mínima, casi nula, imperceptible. Era el cerebro de una persona pasiva, vacía, inerte. El cerebro de quien leía tenía una gran actividad. Estaba vivo. No digo ni mejor ni peor. Solo vivo. Y activo.
Me incluyo entre aquellos que necesitan de los libros. Mejor en papel que no electrónicos – sí, soy un antiguo -. Es un pequeño refugio para evadirnos. Lo dice Muñoz Molina en El viento de la Luna: “Un libro es una madriguera para no ser visto y una isla desierta en la que encontrarse a salvo. También un vehículo de huida”. Todo acaba siendo una huida. Los libros, la televisión, las redes sociales, la música, el deporte. Puestos a huir, mejor leer que rebuznar.
Vamos a intentar hacer nuestra particular biblioteca de buenas lecturas. ¿Cuáles son vuestros libros preferidos?
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