(des) Esperanza de vida

En unos días nos dirán cuanto nos queda de vida. Ni estoy enfermo ni se trata de ningún cálculo matemático del más allá. Es pura estadística...

Como cada inicio de año, este mes de enero saldrá publicado el dato de la esperanza de vida en España. En el 2011 bajó hasta 78’87 años en los hombres y 84’82 en las mujeres. Es un descenso leve porque al 2010 era de 78’94 y 84’91 respectivamente. Apenas una centésimas. Pero es preocupante. 

No tanto por la cifra -aunque cada centésima son varios días de vida, o sea que el año pasado perdimos 25 días- sino por la dinámica. El del 2012 será el segundo descenso consecutivo, reafirmando una tendencia a la baja que rompe más de 50 años de mejora en la esperanza de vida.

Y no es casualidad. No es aleatorio, ni son ciclos de la vida. Son los recortes en sanidad, en bienestar social, en infraestructuras, los recortes en educación, en ayuda a la discapacidad, en seguridad... Nos están matando poco a poco. Nos están robando días y años de nuestra vida. Y no es metafórico. Es un dato real, objetivo, científico y comprobable. Los recortes matan. Como el tabaco. Deberían poner una leyenda similar a la de los paquetes al lado de cada decreto del Gobierno.

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Además, los recortes y la crisis tienen otro efecto perverso añadido. La frustración, el pesimismo y el desaliento de todas las personas que o bien no pueden emprender un proyecto vital, como los jóvenes, o bien ven truncado el que tenían en marcha, por el paro y los deshaucios o por tener que hacerse cargo de toda su familia con una pensión raquítica. Es la desesperanza de vida que no sale en los números, ni se cuantifica en las estadísticas. Desgraciadamente, esta está en aumento.